“LA MASONERÍA Y LA ACTUALIDAD”
SUPREMO CONSEJO DE LA REPÚBLICA MEXICANA.
4 de Septiembre del 2020 E.: V.: e.q. 15 Elul 5780 A.: V.: L.:
INTRODUCCIÓN.
Por medio del presente trabajo queremos compartir con todos ustedes un breve pensamiento, un esbozo de la historia que no deseamos dejar pasar para que se pierda en el tiempo. Es una respuesta a los lazos de amistad que traspasan las fronteras y líneas horarias, para convertirse en fraternidad. El latido al unísono del espíritu que construye y edifica por el bien general de la humanidad; eso que nos agrupa en Orden, eso que nos hace acudir al llamado del “yo en el cuerpo de otro”, eso que nos hace estar juntos hoy.
LA MASONERÍA.
El progreso sugiere la mejora de la condición humana, que el individuo al ser célula de la sociedad se adapte y desarrolle de tal suerte que pueda convivir con sus semejantes. Sin embargo, diferentes corrientes ideológicas se han encriptado en lo más profundo del pensamiento y así de la conducta, resultando en agrupaciones que, corrompen e influencian a los vulnerables haciendo de ello un sistema que nace, reproduce pero que no muere por sí misma, los gobiernos son artífices de tal mecanismo, se confunde la formación académica con la educación, la moral con la religión y así sucesivamente. Lo valioso y verdaderamente bello, pareciera fenecer ante la mezquindad y las pasiones desbordadas. Cada cambio de época junto con su respectivo idealismo político y el avance tecnológico crea nuevas necesidades, condicionando y reproduciendo estereotipos que distan de humanidad, desconocen su propia dicha y se convierten en un objeto estéril e improductivo subyugado como engranaje para todo lo contrario para lo que fue creado. La Masonería es el orden moral que genera espiritualidad, y que desde sus albores busca el perfeccionamiento del hombre.
Hermanos, no es nunca fácil aclarar sin traicionar, tampoco lo es tratar de explicar. Se ha definido la Masonería como una “Orden iniciática, tradicional y universal, basada en la fraternidad. Constituye una alianza de hombres libres y de buenas costumbres, de todas las razas, nacionalidades y creencias. Una Organización donde sus integrantes somos denominados “Hermanos”, teniendo claro que la tradición y la espiritualidad son partes fundamentales del rito”. El caballero de Ramsay dijo que la francmasonería es “la resurrección de la religión noaquita, la del patriarca Noé. La religión anterior a todo dogma, que permite pasar por encima de las diferencias y las oposiciones de las confesiones”. Hermanos todos, aun siendo diferentes por nuestro origen, nuestra profesión, nuestra creencia y costumbres, nos une el principio fundamental de la Francmasonería: la ley de amor de los hijos de la luz. Recordemos a Anderson, que en sus Constituciones que siguen siendo texto de referencia histórico, dice “la Francmasonería debe ser el centro de unión y el medio de establecer una verdadera amistad entre personas que habrían tenido que permanecer alejadas o extrañas entre sí”.
El Objetivo de la Masonería es el constante estudio filosófico, como medio para restaurar los valores humanos, tiene como fin el perfeccionamiento moral de la humanidad. Con este propósito, los masones trabajamos por la mejora constante de la condición humana, tanto a nivel espiritual como por cuanto respecta al bienestar material.
En la Masonería los Hermanos permanentemente debemos buscar la verdad y la justicia; respetando el pensamiento de los demás y su libre expresión. Buscar la conciliación de los contrarios y buscar unir a los hombres en la práctica de una moral universal y en el respeto de la personalidad de cada uno.
En Masonería, el ritmo se apoya en los números 1, 2 y 3 siendo sendos el fundamento del simbolismo del primer grado en sus frases, preguntas y repuestas que se suceden entre la apertura y clausura de los Trabajos. Ese ritmo ternario constituye el tramo del eco sonoro que, de estar todos abiertos y receptivos, constantemente se repercute entre nosotros.
RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado se organizó progresivamente ordenando los grados escoceses en síntesis sucesivas. Las Constituciones y Estatutos de 1762, llamadas de Burdeos, y las Grandes Constituciones de 1786, llamadas de Berlín, fuentes de esas síntesis, fueron adoptados como textos fundadores.
El Rito que surgió en América en 1801 (llamado entonces “Real y Militar Orden de la antigua y moderna Francmasonería”), reunía los grados practicados en Francia y en las Antillas, coronado por un Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales encargado de administrarlo y de asegurar su perennidad en cada nación o Estado en el que se fuera implementando. El Supremo Consejo de Francia lo denominaría por primera vez “Rito Escocés Antiguo y Aceptado” en el Concordato del 5 de diciembre 1804.
BREVE HISTORIA DE LA MASONERÍA EN MÉXICO.
Las primeras logias que se establecen en los últimos años de la Nueva España, llegan por conducto del ejército español, cuyos oficiales españoles trabajan el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Durante el siglo XIX hay una actividad masónica en México, pero esa actividad más bien se perfila hacia lo político. Aparte de las logias escocesas, hay logias yorkinas, cuyo Rito se establece en 1822 y para apaciguar el enfrentamiento entre escoceses y yorkinos se establece el Rito Nacional Mexicano en 1825, sin embargo, estos tres Ritos pugnan por lo político más bien que por lo ritualístico, denominándose partidos. En ello se da una cruenta lucha por el poder y buscando la silla presidencial. Son años en que el país se ve en las garras de la ambición, todos quieren el poder, y es hasta que Benito Juárez, masón liberal del Rito Nacional Mexicano con una pléyade de liberales detiene esa sed de poder de los otros grupos.
En 1860, estando Juárez presidiendo la República desde el Puerto de Veracruz, se establece en ese puerto, a fines de ese año (mes de diciembre), el primer Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de treinta y tres grados. Dos años después (1862), en la ciudad de México se funda la primera Muy Respetable Gran Logia Valle de México.
En los DOCUMENTOS MASÓNICOS, recogidos y anotados por Fracois Faure, París. Librería masónica de A. Teissier, 37 Rue de Grenelle – Saint – Honoré, 37. Obra el Documento Número VI.- La siguiente circular del Supremo Consejo que viene a constituirse para la República Mexicana, ofrece un doble interés: ello servirá para fijar, más tarde, el dato exacto de la instalación del primer poder masónico teniendo funciones de regularidad en México; y da al mismo tiempo, informes precisos sobre la situación del Escocismo en la República Mexicana, y en las comarcas meridionales de los Estados Unidos de América. Encierra también sobre la fundación del Rito Escoces y su situación en América Latina y en Francia, de las apreciaciones históricas y críticas libradas de los errores y de las banalidades que se encuentran muy a menudo en las historias de la Orden. Para completar los informes que se encuentran en esta circular, sobre la Masonería en América, se puede consultar el Artículo del Hermano Millet – Saint -Pierre, miembro del Supremo Consejo de Francia, intitulado: De la situación del Escocismo en Nueva Orleans. Este artículo ha sido publicado en el No. de diciembre de 1860 del mundo masónico, página 465 del tercer volumen.
FUNDACIÓN DE UN SUPREMO CONSEJO PARA LA REPÚBLICA MEXICANA.
Del Gran Oriente del Supremo Consejo de los Muy Poderosos Soberanos de los Grandes Inspectores Generales, del 33o. y Último Grado del Rito Antiguo, Aceptado Escocés, para la República Mexicana, ubicado en la heroica villa de la Vera-Cruz, bajo la Boveda Celeste, …
A todos nosotros Ilustres Muy Valientes y Sublimes Príncipes del Real Secreto, Caballeros Kadosch, Grandes Inefables y Sublimes Masones de todos los grados, antiguos y modernos de la Francmasonería, sobre la superficie de los dos hemisferios, y a todos los que la presente vieren.
SALUD, ESTABILIDAD, PODER.
Extraido de la sesión de medianoche del dia 8 de Tébet, a m 5621 correspondiente al 21 de diciembre de 1860, de la E v.
Por propuesta, debidamente secunda, el M P Soberano Gran Comendador fundador de dicho Supremo Consejo Laffon de la Debat…
Para 1868, el Supremo Consejo nacido en Veracruz es trasladado a la Ciudad de México. En 1883 el Supremo Consejo de México como una autoridad masónica de Treinta y Tres grados da la libertad administrativa al simbolismo, es decir a las logias del primero al tercer grado.
A grandes rasgos tocamos algunos puntos de la masonería mexicana en el siglo XIX. No debemos olvidar cuanta ambición prevalece entre las logias tanto del simbolismo como del filosofismo en ese siglo y que son temas que hemos dejado a un lado para centrarnos en el papel de la masonería hoy en día.
ESPIRITUALIDAD – ORDEN -REGULARIDAD – RECONOCIMIENTO.
ESPIRITUALIDAD.
El término “espiritualidad” ha sido mal empleado demasiadas veces y sigue teniendo una connotación religiosa, mientras ni siquiera implica necesariamente la adhesión a una religión, como tampoco la prohíbe.
La espiritualidad no es una escapatoria de la realidad; procede de la búsqueda de superación, de una busqueda de la verdad, de una aspiración hacia lo absoluto. Consiste en una adhesión a unos valores dirigidos hacia lo infinito, lo sagrado; es la vía interior, el caminar individual hacia lo Bello, lo Bueno, lo Verdadero. Es del mismo orden que la búsqueda de la Palabra perdida.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado se caracteriza por la espiritualidad. El Manifiesto de Laussana de septiembre de 1875, redactado por el Gran Comendador Supremo de Francia Adolphe Crémieux, ha sido desde entonces la referencia de todos los Consejos Supremos regulares del mundo. Empieza con esta declaración: “La francmasonería proclama, como lo ha proclamado desde los orígenes, la existencia de un Principio creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo”. El credo masónico es que existe una causa primera cuyos efectos son el hombre y el universo.
Si, en el mundo contemporáneo, el Escocismo desarrolla un papel irremplazable es porque se trata de un sistema iniciático que trabaja para la gloria de un Principio Trascendente. La invocación al Gran Arquitecto del Universo da a los adeptos el sentimiento de pertenecer a ceremonias que van más allá del humano, a fin de ayudarles a encontrar el pleno sentido de su vida. No está emparentado ni con una oración ni con un acto de fe, sino que transforma el templo en un espacio sagrado y nos pone en un estado de receptividad interna. Completa las invocaciones de Sabiduría, Fuerza y Belleza: la Belleza está emparentada con la espiritualidad, eleva la Sabiduría hasta deslumbrar y enseña a la Fuerza el ritmo mesurado de la armonía.
El Escocismo no rechaza ningún sistema ni doctrina; por eso, como lo precisa el mismo Manifiesto: “La Francmasonería acoge a todo profano, independientemente de sus opiniones políticas o religiosas, de las que ésta no se preocupa, mientras que sea libre y de buena moralidad. A los hombres para los cuales la religión es la consolación suprema les dice: cultiven su religión sin obstáculos, sigan a las inspiraciones de su conciencia”.
Haciendo suya la divisa ORDO AB CHAO, el masón del Rito Escocés Antiguo y Aceptado reconoce la existencia de un principio de Orden en la obra del Universo.
El Rito Escoces Antiguo y Aceptado deja a cada uno la labor de definir a Dios como más le conviene según su conciencia, porque toda creencia sincera tiene derecho al respecto. De ahí su divisa DEUS MEUMQUE JUS (Dios y mi derecho) que señala la doble naturaleza (divina por proceder del ser universal y humana por someter los actos únicamente a la determinación de su propia conciencia de hombre).
Con la invocación “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo” no se obliga a honrar a una entidad divina personalizada, sino a dar testimonio de la reverente admiración que le inspira el misterio de la creación que se obra en el mundo. Dedicándole sus trabajos manifiesta su intención de consagrarse, con y mediante el Rito, a la realización de los ideales que inspira el Espíritu.
La Masonería escocesa proclama su espiritualidad al declarar su apego a la laicidad, como lo proclama el manifiesto de 1875: “La Masonería no es una religión, no tiene ningún culto; además, reclama una enseñanza laica”. Y el manifiesto termina con la siguiente apoteosis: “Su doctrina está por completo contenida en este dictado: ama a tu prójimo”, si bien es verdad que nadie es propietario ni del amor, ni del espíritu, pues los dos pertenecen a lo universal.
ORDEN.
Lo que da fuerza a una Orden y peculiarmente a una Orden iniciática, es su ritual, que manifiesta la práctica del Rito.
El Rito es el guardián de la Tradición. Al suprimir, alterar o disminuir el ritual, se le hace perder su carácter tradicional, dejando así de pertenecer a una sociedad iniciática.
Solo aquellos que mecánicamente cumplen con los gestos rituales, pronunciando sin comprender las fórmulas, ni integrándose en su comportamiento, suelen tachar de fastidioso, desueto y vacío de todo sentido, aquel ceremonial. Es por no haber buscado el sentido profundo que él vehicula, los símbolos que representan quienes lejos de ser una ridícula sobrevivencia o una perniciosa superstición, hacen del ritual un imprescindible utensilio de actualidad.
“La Orden tiene como vocación reunir a los hombres por lo fundamental que tienen en lugar de dividirlos por sus diferencias exteriores como las ideologías profanas hacen con demasiada frecuencia. A ese título, debe ser un creador de nuevos valores capacitados para permitir a los hombres de diferentes culturas recobrar sus raíces para preservar su identidad”. Encontramos aquí uno de los ejes de la Tradición.
Hubert Greaven 33.
REGULARIDAD Y RECONOCIMIENTO.
La regularidad no debe ser confundida con el reconocimiento, ni son sinónimos ambos términos. La confusión mantenida por las Jurisdicciones anglosajonas y las que se hallan enfeudadas a ellas no es inocente, puesto que la irregularidad es el motivo invocado para justificar el rechazo a los Supremos Consejos que no cuentan con sus favores. Para disipar esa confusión, recordemos que la regularidad se halla vinculada al respeto de la Tradición y especialmente, a la referencia al Gran Arquitecto del universo, la presencia de la Biblia durante los trabajos, la observancia de los textos fundacionales del Rito y la práctica seria de los rituales; mientras el reconocimiento resulta de reglas, a menudo administrativas, que condicionan las relaciones exteriores y las inter – visitas.
La regularidad procede, por naturaleza, de una íntima adhesión a los valores de la Tradición. Las reglas del reconocimiento fluctúan en razón de consideraciones muy frecuentemente políticas. Fracturas aparecidas, aquí y allá, en detrimento de la unidad del Rito Escocés Antiguo y Aceptado y su universalismo, se han visto agravadas por el desconocimiento de su historia, por el desinterés por sus fuentes auténticas y por una interpretación errónea o carente de respeto de los textos fundacionales. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado postula la existencia de un Principio creador, fundamento espiritual del Universo. No tomando partido por ninguna de las opciones religiosas o filosóficas, queda fuera de sus controversias: su propia neutralidad y universalidad hacen que trascienda todas ellas. Dejando a sus miembros la libre determinación y práctica privada de sus convicciones, les compromete a desarrollar cuanto dé de sí su libertad de conciencia y a confiar en la perfectibilidad del Hombre siempre hacia una mayor espiritualidad en el marco de la práctica del Rito.
La regularidad no debe ser confundida con el reconocimiento, ni son sinónimos ambos términos. La confusión mantenida por las Jurisdicciones anglosajonas y las que se hallan enfeudadas a ellas no es inocente, puesto que la irregularidad es el motivo invocado para justificar el rechazo a los Supremos Consejos que no cuentan con su favor. Para disipar esa confusión, recordemos que la regularidad se halla vinculada al respeto de la Tradición y, especialmente, a la referencia al Gran Arquitecto del Universo, la presencia de la Biblia durante los trabajos, la observancia de los textos fundamentales del Rito y la práctica seria de sus rituales.
Los días 28 y 29 de septiembre de 1996 en Paris, se llegó a la adopción por unanimidad de los participantes, de una resolución reafirmando los criterios de la regularidad; a saber:
- La invocación y glorificación del Gran Arquitecto del Universo.
- La presencia del volumen de la ley sagrada, abierto sobre el altar de Juramentos, siendo ese Volumen La Biblia.
- La referencia a los textos fundacionales (Constituciones y Reglamentos de 1762 y Grandes Constituciones de 1786) tal como han sido adoptados por todos los Supremos Consejos del mundo.
- El uso de las divisas ORDO AB CHAO y DEUS MEUMQUE JUS.
- El respeto de la voluntad iniciática.
En la formación de la AIME en Nápoles, en el 2012 quedaron conformados los siete principios de regularidad del REAA.
CONCLUSIONES.
El siguiente texto lo escribió un gran Hermano Soberano Gran Comendador de México en 1977, narra gran parte de la historia de lo que ha pasado en el Supremo Consejo de México, desde su formación, la división con los Hermanos de la calle de Lucerna 56, hasta el día de hoy.
“Conseguir prosélitos para una causa tan noble como la que está llevando a cabo la masonería filosófica, es relativamente fácil; basta con deslumbrar a los hermanos del simbolismo brindándoles y ofreciéndoles ventajas sociales o políticas a cambio de un precio en monedas. La vanidad es algo que en muchos individuos se hipertrofia; el complejo de inferioridad necesita ser disfrazado con Títulos, Grados y Diplomas, y si para adquirirlos no se necesita más que dinero, qué elegante resulta a algunos despistados Hermanos poder ostentar, v.g. el grado de Caballero Kadosch o de Príncipe del Real Secreto, aun sabiendo que esos Diplomas valen tanto o menos que la cartulina en la que están impresos.
Lo que sí es difícil es ascender, peldaño a peldaño, la magnífica escalera de la filosofía masónica y adentrarse en su significado; vivir intensa y largamente bajo la maravillosa comba del misterio e ir descifrando uno a uno y en toda su profundidad los hermosos fines de nuestra Institución. Esto no se consigue en una semana y ni con todo el oro del mundo. La farsa, la explotación de la vanidad y la voracidad pecuniaria no forman parte de la verdadera masonería mexicana”.
Fernando Andrade Warner 33
Como es bien sabido por todos, la situación del Supremo Consejo de la República Mexicana ha sido una batiente de voluntad y valor. Una lucha fraterna que no debiese existir, el tiempo no perdona y la pérdida de tantos hermanos cercanos mina la moral; pero el calor de los Hermanos que seguimos y seguiremos en pie apoyando a nuestros Hermanos mayores da nuevos bríos. Como Supremo Consejo hemos aprendido tanto de todo lo que nos enseña la Orden, de todo lo que nuestros Hermanos debieran seguir, dicho aprendizaje nos hace más discretos y más fraternos, aún a la distancia estamos presentes siempre con ustedes.
ES CUANTO.
EN MEMORIA DE:
- MANUEL FERNANDO SANCHEZ CHAVEZ 33,
- HUBERT GREVEN 33,
- RODOLFO H. AVNEDAÑO GAYOL 33,
- FELIPE LOPEZ LICEA.
Gracias Hermanos
SUPREMO CONSEJO DE LA REPÚBLICA MEXICANA.
TAF